Las chiquillas son premiadas con bebidas, alcohol y entradas gratis, si llevan el short o la minifalda más corta, si son atrevidas y están dispuestas a todo, con bikini. Sucede, en cualquier discoteca donde van adolescentes, obviamente, como no son privadas como las anteriores, las niñas se ven expuestas a violaciones, agresiones sexuales y trata de mujeres.
Aunque el nombre no tiene nada que ver con el dibujo con el que muchas
crecieron, llama mucha la atención de los menores que asisten a estos locales
donde las drogas, el alcohol y el sexo son algo muy normal.
A través de las redes sociales la convocatoria se hace masiva
llenando los locales donde los jóvenes se dejan
llevar por el frenesí y las sustancias que ingieren durante la noche.
En las
fiestas candy es obligatorio aceptar relaciones sexuales orales o
genitales, además de adoptar una peligrosa forma de consumir alcohol: el slimming
(introducir la bebida a través de ojos, vagina o ano para que sus efectos sean
más rápidos y evitar el aliento alcohólico).
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